Flawless

Os triago una colaboración de Bea Espín, una amiga directioner que escribe fenomenal y deberíais buscarla en tuenti o seguirla en twitter para que os pase los links de sus historias porque son buenisimas es @tear_wontfall




Hace poco que he entrado a trabajar, por lo tanto, la cafetería está desierta; únicamente nos encontramos en ella mi mejor amigo Louis, y yo.

-Me aburro…- oigo a Louis quejarse a mi espalda. De pronto, me giro y veo a mi amigo sonriendo malignamente. Un segundo después, ambos nos encontramos enzarzados en una pelea, usando como arma, nata montada.

-Eh…- murmura una chica notablemente sorprendida.

-OH…- susurro yo quitándome de una pasada la nata montada, posiblemente, aún me quedan restos ya que ella esboza una tímida sonrisa.

Me doy unos largos segundos para observarla con detenimiento, mejor dicho, me regalo ese tiempo.

Parece tener unos catorce años y, su pelo, castaño oscuro, le cubre parte del rostro, cuyas facciones son delicadas, al igual que su piel, blanca cual nieve recién caída. Me estoy viendo impulsado a acercarme a ella con la intención de besar todas y cada una de sus pecas, aunque no sin antes entregarme a sus labios rosados.

-Eh… M… Me gustaría… tomar un caf… café.- logra decir entrecortada mientras yo soy incapaz de apartar mi vista de ella.

-¿Café? ¿Estás segura? ¿No prefieres chocolate caliente?- pregunta Louis.

-No… Quiero café…- vuelve a decir con dificultad.

-Tu nombre.- digo cogiendo un rotulador y un vaso para llevar.

-Eh… Seis-dos-siete.- comienza a decir los primeros dígitos de su número de teléfono. Acto seguido sus mejillas se tiñen de color carmesí y agacha la cabeza.- Juliette. Me llamo Juliette.

-Pues, Juliette, aquí tienes tu café.- dice Louis entregándole el envase que acaba de quitarme de las manos. Proporciono un pisotón a mi amigo y recibo el dinero de la primera cliente del día; una vez que ella se ha ido, Louis se atreve a hablar de nuevo y me hace perder los nervios.- A Harry le gusta Juliette… A Harry le gusta Juliette…

-¡Basta! ¡Deja de cantar!- exclamo interponiendo el pie entre su cuerpo y el mío con el deseo de hacerle caer.

-Vamos, Harry, ¡admítelo!- insiste esquivando mi pierna.

-No me gusta. Es solo que me ha parecido agradable.- miento.


-Harry… Juliette te ha gustado.

-Que no.

-Como quieras. Pero, está fuera de tu alcance.

-¿Por?

-Tienes dieciocho años, trabajas por las mañanas para ir a clase por las tardes. Ella tendrá menos de quince y, ya que ha pedido café, debe de pasarse día y noche estudiando.

-Lo dices como si estuviera interesado.- espeto fingiendo que eso no me ha afectado ligeramente.

-Harry, ¿cuándo piensas aprender a mentir?- me pregunta antes de hacerse sitio en la barra y atender a los clientes.


***

-Mira ahí.- me dice Louis señalando una mesa del fondo con la cabeza.

“Es ella” suspiro en mi interior. Está sentada, tomando café, y haciendo deberes. Intercambio una mirada con Louis. De acuerdo, admito que Juliette no está nada mal pero, ¿gustarme? No, eso es imposible, ¿verdad?

-Anda, llévale esto.- añade mi amigo pasándome una bandeja con una taza de café y un par de magdalenas de colores.

Con cuidado, me acercó ella y dejo la comida sobre la mesa. Observo que se está dejando la piel haciendo ejercicios de matemáticas, no parecen dársele muy bien. Carraspeo para llamar su atención y ella se sobresalta tenuemente.

-Eh… Yo no he… pedido magdalenas.- dice mirándome confusa mientras yo me invento una excusa rápida.

-Lo sé, pero no es bueno beber café sin comer nada.- digo sonriéndole.- ¿Necesitas ayuda con eso?- pregunto señalando con la cabeza su libreta.

-N-no… No quiero estorbar.

-No lo harías, tengo media hora de descanso, mi compañero se ocupará de todo hasta que vuelva a ser mi turno.- miento.

“Louis me va a matar” pienso mientras me siento junto a ella y la ayudo durante unos minutos. Cuando se va, recojo la bandeja y vuelvo con mi amigo.

-Más te vale haber conseguido su número.- amenaza.

-No lo tengo, solo sé que empieza por seis, dos, siete.- dijo haciéndole fruncir el ceño.- Pero, ella ya tiene el mío, me llamará si tiene problemas con las mates.

-Muy hábil, Harry.